lunes, 7 de octubre de 2013

SÍ SON POSIBLES OTRO MUNDO Y OTRA IGLESIA

Todo da a entender que los gestos y palabras del Papa Francisco están siendo acogidos con entusiasmo por  una gran mayoría de personas, no sólo de Iglesia, sino del mundo en general, al menos de Occidente, que es lo que más conocemos.

Mucho se habla de las reformas que precisa la Iglesia para ser referencia en el mundo actual. Estoy seguro que se irán dando, pues el pueblo las demanda y el Papa es sensible a ello cuando habla de comunión no sólo con la jerarquía sino con todo el pueblo de Dios. Pero yo pongo el acento en la vida pública y ahí destaco dos intervenciones. Pienso que sus fuertes palabras con motivo de lo que parecía un inminente ataque estadounidense a Siria han tenido un efecto disuasorio. No creo que su sola intervención haya paralizado el ataque previsto, pero no dudo que algo haya podido influir.

El otro aspecto a destacar son sus manifestaciones en la isla de Cerdeña. Ahí va una perla: “El actual sistema económico nos está llevando a una tragedia. Vivimos las consecuencias de una decisión mundial, de un sistema económico que tiene en el centro a un ídolo que se llama dinero. Pero Dios ha querido que en el centro estén el hombre y la mujer y que lleven adelante el mundo con su trabajo. ¡Pero aquí manda el dinero!... Los ídolos del dinero nos están robando la dignidad… Perdonad si estas palabras son un poco fuertes, pero digo la verdad: la falta de trabajo te lleva a sentirte sin dignidad. ¡Donde no hay trabajo no hay dignidad! Y esta tragedia es la consecuencia de un sistema económico que ha puesto en el centro a un ídolo que se llama dinero”.

Considero que el mundo actual está necesitado de líderes inconformistas que vislumbren un nuevo amanecer y hagan resurgir la esperanza. Me da la impresión que nuestro Francisco reúne las condiciones para ser uno de ellos.

Él fue el que presidió la comisión redactora del documento de Aparecida, donde se recogen las reflexiones de la Iglesia Latinoamericana y del Caribe.   Conociendo el documento y desde los pasos que el Papa está comenzando a dar, seguro estoy que se vienen tiempos nuevos para la Iglesia y la humanidad.

Antonio Sáenz Blanco

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