jueves, 28 de noviembre de 2013

¡ABRAN VENTANAS AL AIRE FRESCO!


   ¡Qué gozada! ¡Cuánto he disfrutado en la primera lectura de la exhortación  “La Alegría del Evangelio”! Toca ahora releerla con detenimiento, analizarla, dejarse interpelar para ir haciéndola vida.
      Es un adviento, un viento que va hacia… la vida. Se hace realidad el sueño de Isaías que recoge Lc. 4,18: “se anuncian buenas nuevas a los pobres”.
    En clave dialéctica, destaco algunos acentos que me parecen significativos y que indudablemente señalan una ruta y apuestan por un estilo.

Papa Francisco.
·         Lenguaje accesible, sencillo, popular, antes que técnico.
·         Los demás por encima de los propios intereses.
·         La vida se acrecienta dándola, no encerrándose en el aislamiento y la comodidad.
·         Mejor sumar que restar.
·         Misericordia y amor  por encima del juicio.
·         Más reino que iglesia.
·         Más Jesús que Papa.
·         Más fuera que dentro.
·         Mejor una iglesia accidentada que enferma.
·         Más teología y menos moralismo.
·         Más evangelio que catecismo.
·         Más pascua que cuaresma.
·         La gracia es más fuerte que el pecado.
·         De una pastoral de mantenimiento a situarse en clave de misión.
·         Olor a oveja y no a perfume de despacho.
·         Optimismo mejor que pesimismo paralizante.
·         Arriesgarse desde la dimensión social del evangelio en lugar de privacidad cómoda.
·         Mayor atención a responder a la sed de Dios que al ateísmo. 
·         Compromisos fraternos antes que experiencias subjetivas sin rostro.
·         Facilitar el acceso a la gracia por encima de controles.
·         Iglesia casa, no aduana.
·         Iglesia: Antes pueblo que institución orgánica y jerárquica.
·         Alegrarse con los frutos ajenos para combatir la envidia.
·         Sí a la unidad; no a celos, divisiones e imposición de las propias ideas.
·         Sí al diálogo; no a la imposición.
·         Antes la persona que el dinero.
·         Los pobres antes que los ricos.
·         No a un sistema económico que en lugar de dar vida, mata.
·         No al sistema globalizado del descarte y el derrame; sí a la inclusión y a la equidad.
·         Pasar de la dictadura de la economía consumista a una economía con orientación antropológica.
·         El dinero es para servir, no para gobernar.
·         Las periferias antes que el centro.
·         Más acento en la  justicia y la caridad  que en la templanza.
·         Más preocupación por  la situación de los pobres que por la de la bolsa.
·         La sinodalidad antes que lo individual.
·         Los pastores, que son minoría, al servicio de los laicos, la gran mayoría.
·         La promoción social y la formación de los fieles antes que cierto cristianismo de devociones.
·         Conectar e integrar antes que aislar y proteger.
·         Conversión pastoral y misionera para desterrar el “siempre se ha hecho así”.
·         Entusiasmo misionero y no realización de tareas forzadas.
·         Pocos preceptos, para que la religión sea un ejercicio de libertad y no una esclavitud.
·         Dar la vida por los demás es preferible a aferrarse a seguridades económicas, o a espacios de poder y de gloria humana.
·         En la pastoral más atención a las personas que a la organización.
·         Fervor espiritual sí; fanatismo no
·         Audacia por encima de dudas y temores.
·         Toda palabra en la Escritura es  don antes que exigencia.
·         Dejarse penetrar por la Palabra antes de transmitirla.
·         Que el anuncio del kerigma  exprese el amor salvífico de Dios previo a la obligación moral y religiosa.
·         Respetar la libertad antes que imponer la verdad.
·         Ser alegres mensajeros de propuestas superadoras, custodios del bien y la belleza antes que expertos en diagnósticos apocalípticos u oscuros jueces que se ufanan en detectar todo peligro o desviación.
·         Peregrinos sí, errantes no.
·         Dejarse evangelizar antes de evangelizar.
·         Renovación, no mantenimiento.
·         Aprender de los pobres antes que enseñarles.
·         Privilegiar los tiempos de los procesos a los espacios de poder.
·         Unidad por encima del conflicto.
·         La realidad es más importante que la idea.
·         El todo es superior a la parte.
·         La fe no debe temer a la razón, sino buscarla y confiar en ella.
·         Confianza en el compañero de camino en lugar de recelos.
·         No es lo mismo tratar de construir el mundo con el Evangelio que hacerlo sólo con la propia razón.
·         Dar razón de nuestra esperanza con dulzura y respeto, no señalando y condenando.
·         Ser hombres y mujeres de pueblo y no príncipes que miran despectivamente.
·         La fecundidad prevalece por encima de la cuenta de resultados.
·         El Espíritu escapa a cálculos y controle
Papa Francisco acariciando a un niño.
Y, como colofón, llamadas a la ternura, a abrazar la cruz e invitaciones a la alegría por todo lo alto. ¿Hay quien dé más? Léanla. Nadie va a quedar indiferente. La mayoría va a disfrutar.

                   Antonio Sáenz Blanco

martes, 26 de noviembre de 2013

CONSTRUYENDO (1) DISEÑANDO

         Una de las obras  sociales que lleva a cabo nuestra parroquia es el servicio de  atención a los enfermos a través de la botica parroquial, que lleva el significativo nombre de “Teresa de Calcuta”. Son ya muchos los años que lleva funcionando, prestando un servicio de calidad, por lo que  ha logrado prestigio social en forma de confianza. Es verdad que ha pasado por momentos de dificultad, pero se han ido superando y ahora goza de buena salud. Para mejorar sus prestaciones, el equipo responsable ha solicitado poder disponer de otro salón adjunto del Centro Pastoral. Para poder  acceder a ello la botica está construyendo nuevos locales con intención de hacer una permuta. Como las obras son vecinas a nuestra casa y tengo que pasar junto a ellas diariamente las estoy siguiendo de cerca. Y me ayudan a reflexionar sobre la vida. Les comparto lo que voy rumiando.

Planos de futuro botiquín Parroquial.
    Todos sabemos que en la construcción de un edificio entran en juego diversos elementos. Uno de los más importantes y de los primeros a tener en cuenta son los planos. En ellos, sobre el papel, se van trazando las líneas que plasman el diseño del edificio. Tras ellos hay unos señores, arquitectos e  ingenieros, los cuales, además de saber matemáticas, cálculo, geometría, han de tener “ingenio” y creatividad para compaginar la utilidad con la belleza. Han de saber distribuir los espacios para dar cabida a todo lo necesario y saber aprovechar al máximo el terreno disponible.  En los planos aparece el metraje, el reparto del espacio, la profundidad de los cimientos y las zapatas, el grosor de los fierros, las dimensiones de las columnas,  el recorrido de las instalaciones eléctricas,…; de esa manera se asegura que todo esté en su sitio y al servicio de la construcción planificada. Luego no queda más que seguir fielmente lo expresado en los dibujos para llegar al resultado final.
        También nuestra vida necesita una planificación. Exige sentarse y diseñar qué dirección queremos dar a nuestra existencia, trazar las coordenadas que marquen la ruta a seguir. Esto es importante, pues si nosotros no lo hacemos, otros van a tener interés en hacerlo para poner nuestra vida a su servicio,  manipulando nuestra voluntad desde una supuesta libertad. Pero, como decía el personaje de Nelson Mandela en la película Invictus “soy el amo de mi destino, soy el capitán de mi alma”. Somos cada uno los que tenemos que planificar, buscar la orientación adecuada. En esto los creyentes en Jesús tenemos ventaja. Lo tomamos a Él como modelo, como referencia.  Él es el arquitecto que con su testimonio y su palabra dibujó los trazos que tienen que enmarcar nuestro vivir. Más aún, Él se nos ofrece como el Camino cuyo seguimiento nos lleva a la Vida.

Esa referencia tiene sus consecuencias. Tenemos que conocer a Jesús cada día más y mejor.
La Biblia.
Los evangelios son el medio idóneo para ello. Allí vamos a encontrar cómo también Él, al inicio de su vida pública, busca la soledad (el desierto) para planificar su existencia, para asumir, desde su ser, las líneas fundamentales de su hacer. Fue el Espíritu de Dios el que le iluminó para plasmar su diseño, para marcar sus opciones vitales. También nosotros necesitamos espacios de silenciamiento, de reflexión, de oración, para que, desde el trato íntimo con el Padre que nos ama, vayamos dibujando los trazos que marquen el rumbo que queremos dar a  nuestra vida. El mismo Espíritu que ayudó a Jesús, está presto para ayudarnos.

                                                                                  Antonio Sáenz Blanco


sábado, 23 de noviembre de 2013

ECOLOGÍA, UNA MIRADA DESDE LA FE.


       Los sacerdotes y religiosas de la diócesis de Cajamarca, junto con nuestro Obispo, hemos tenido el jueves 21 de Noviembre una jornada sobre desarrollo sostenible. Por la mañana tuvimos una reflexión teológica sobre el tema y por la tarde un panel en el que intervinieron un ambientalista, un eclesiástico, un líder social de San Marcos y el alcalde de Huasmín. No se presentaron, aunque estaban invitados con mucha antelación, los representantes tanto de Yanacocha como de Chadín 2. Su ausencia es estos eventos es reiterada, aunque luego hablan de diálogo. Simpáticos ellos.
     Estos son algunos puntos de la reflexión que se tuvo:
    ¿Tiene  algo que ver fe y ecología? Por supuesto. Todo lo que tenga que ver con la persona es asunto de la fe, pues sólo en relación con el mundo podemos vivir nuestra fe. Desde ella miramos la realidad y nos encontramos con una situación de crisis medioambiental.
     Es la ecología un tema complejo y conflictivo; produce choque de intereses. Lo que es evidente es que éste es un tema que va cobrando actualidad. 
  El deterioro del medio ambiente como consecuencia de la acción humana ha adquirido una importancia decisiva para el futuro de nuestro planeta y para las condiciones de vida, tanto nuestras como de las generaciones venideras. Crece la conciencia de que nuestra vida está ligada a la del entorno: interdependencia con los demás y el mundo. Por lo que o nos preocupamos del ambiente por conciencia o por supervivencia.
    Muchos de los grandes problemas ambientales son producto de lo que llamamos desarrollo. Éste es una aspiración legítima. En el Antiguo Testamento vemos que Dios acompaña a su pueblo en la búsqueda de mejores condiciones de vida. Los deseos de Dios son de prosperidad para todos. Jesús también se preocupó de mejorar las condiciones de vida de la gente. Desde nuestra fe en el Dios de la vida decimos que desarrollo sí, pero no a cualquier precio. El desarrollo humano tiene que ver con la totalidad de la persona y de todas las personas. El desarrollo sostenible es el que permite una mejora de las condiciones de vida presente sin poner en riesgo los recursos de las generaciones futuras. Para que exista el desarrollo sostenible se necesitan tres elementos fundamentales: una sociedad, un medio ambiente y una economía. Las tres realidades deben convivir de forma armoniosa. O sea,  hay que armonizar la eficiencia económica, la protección el medio ambiente y la equidad social. ¿Es eso posible? Parece que con el actual modelo económico no lo es. El mismo Fondo Monetario Internacional (FMI) lo ha dicho a través de su ex director, Michel Camdessus: “El mercado no es capaz de reconciliar lo económico con lo social, porque el mercado no tiene horizonte social”. Así de claro. Es verdad que el mercado, base de la globalización económica, produce riqueza, pero ¿a qué coste y cómo se distribuye? Este sistema beneficia a los poderosos, destruye a los pobres y deteriora el medio ambiente.
Senador por UNEN Fernando  Pino Solanas con Papa Francisco en Roma.
 Por eso el Papa 
Francisco nos invita a decir “no” a este sistema económico globalizado que  “conduce a la tragedia”.

 
  La reflexión terminó con estas conclusiones:
·        . El Dios bíblico es Dios de la vida.
·         La Iglesia también ha de apostar siempre por la vida de todos, especialmente de los más pobres. “No puede ni debe quedarse al margen en la lucha por la justicia” (Deus caritas est. 28).
·         Esta defensa y promoción de la vida tiene una concreción clara hoy en la defensa del medio ambiente y en la necesidad de buscar un modelo de desarrollo integral y sostenible. Esta toma de postura nos va a ocasionar conflicto, pero somos seguidores de un crucificado que nos enseñó que el grano de trigo sólo da fruto muriendo.
                                                      Antonio Sáenz Blanco

lunes, 18 de noviembre de 2013

EXPERIENCIAS SAMARITANAS


Todos los  jueves  tenemos el taller  de oración, donde reflexionamos sobre nuestra vida a la luz de la Palabra y tratamos de descubrir lo que Dios quiere para nosotros. En este espacio, el pasado jueves, después de la reflexión, el padrecito Antonio  nos invitó para  que contáramos  alguna experiencia donde hubiéramos sentido  la presencia de Dios. Como las lecturas y la música tocaron las fibras de mi ser, decidí compartir estas vivencias que a continuación relato.

Un día  me comentaron  que una señora, a quien conocía porque frecuentaba su restaurante,  tenía cáncer. Sentí tristeza, porque ella aún es joven.  Sus hijos, que están en la edad de la juventud, se hicieron cargo del establecimiento. Pensé que una manera de colaborar con ellos era ir a almorzar allí.
Al llegar a este establecimiento  afloraron en mí  sentimientos encontrados; por una parte sentí tristeza por la enfermedad de esta noble mujer y por otra quedé asombrada al ver cómo estos chicos no se sumieron en la desesperación, sino que, por el contrario, tiraban para adelante con el trabajo que su madre  había empezado. Cómo no pensar que el Espíritu de Dios les impulsa a ver la vida de otra manera. Ellos se entregan de lleno al trabajo. Como jóvenes podrían estar en otras cosas, dejar a su hermanita sola que se las arregle como pueda. Pero no, gracias a Dios, no es así
Observé con ternura a la señorita, que me inspira mucho cariño. Ella se acercó, dejando un poco las tareas  y, lo que no imagine, era  que venía a abrazarme y darme un beso; de verdad que mi corazón se estremeció. Estaba allí para consolar y resulté siendo consolada, acogida y abrazada por una joven que desde su sufrimiento tiene gestos de bondad, de desprendimiento, porque da lo que tiene y no lo esconde, sino que lo comparte. ¿Cómo no pensar, Señor, que estás allí, en ese abrazo generoso? No cabe duda, Señor, que estabas presente allí, para decirme que estás amando desde el dolor y el sufrimiento.
La otra vivencia  ocurrió  cuando salía del trabajo. Venía conversando con una coleguita, ella apoya en el trabajo  pastoral de la parroquia. Le comentaba que no se preocupara por venir el día de la catequesis, porque los  cuatro jóvenes que apoyan en esta labor se iban a hacer cargo. Entonces me dijo que ese día lo dedicaría a visitar a su hermana, la misma que está pasando por un momento de dificultad. Me comentó que hace 16 años su hermana dio hospedaje a una pareja mayor que estaba de pasada por Celendín. El señor le dijo que solo se quedaban dos días y que luego se regresaban a su pueblo. Pero resulta que al segundo día el hombrecito fallece y la señora mayorcita se quedó con su hermana porque no tenía donde ir. Me hace recordar a María y José cuando pedían posada; la diferencia es que esta buena mujer sí brindó hospedaje. Ahora la pobre ancianita está delicada de salud y es la señora que la acogió la que la atiende. Quedé sorprendida por la generosidad de esta amable mujer, y sin duda  es una de los tantos samaritanos anónimos  que no pasan de largo, sino que se detienen para ayudar al hermano.
Estas experiencias me remueven y me hacen pensar en los rostros de Cristo, que sigue padeciendo  en tantos hermanos que sufren dolor, miseria...pero a la misma vez, daba gracias por las personas generosas que sin importarles la raza o color de la piel, como dice la canción, son solidarios, que dan de lo poco que tienen  sin esperar recompensa.

 Gracias Señor, por estar presente, en estos gestos sencillos. Enséñanos  a descubrirte en los que sufren, aunque nos cuesta aceptarlo, porque muchas veces te hemos desencarnado de nuestras vidas. Toca nuestro corazón y afina nuestros sentidos porque tú nos dices: AQUÍ ESTOY, NO TENGAS MIEDO, LO QUE HACES POR LOS DEMÁS LO HACES POR MÍ.

                                                          María Echeverría Rodríguez

viernes, 15 de noviembre de 2013

EDUCACIÓN RELIGIOSA:“HUMANIZANDO AL HOMBRE SIN TRANSFUGAS NI MISERIAS”


       El filósofo griego Aristóteles (384-322 a J.C), afirmó que el hombre es un animal político. Efectivamente. Pero también el hombre es un animal religioso, siempre lo ha sido y a pesar de su condición lo sigue siendo.
   Todo hombre o mujer tiene una necesidad de creer en algo y en alguien, independientemente de que sea una persona religiosa o no. El creer o no creer es un acto intrínsecamente humano, es una actitud que nace del interior de una persona, y que no hace necesariamente referencia a creencias religiosas. Se puede creer en personas, doctrinas, principios, sin que estos obligatoriamente sean religiosos.
       La fe religiosa, es en Dios que se da a conocer total y plenamente en la persona de Jesucristo. El con su vida, su persona, sus palabras, nos muestra, nos revela cómo es Dios (un Dios de la vida, del perdón, de la misericordia, de la verdad, de la justicia, de la paz, de la liberación y de la salvación).
       A lo largo de los siglos, la fe religiosa ha servido para que los seres humanos se encuentren y se relacionen en forma positiva con los demás, consigo mismo, y con Dios. También la ciencia y la fe, cada una en su nivel han jugado un papel importante en la historia de la humanidad. La ciencia porque ayuda a conseguir una vida más humana, más agradable, a vivir mejor. La fe porque ayuda a dar sentido a la vida. Cuando la persona pierde su fe, comienza a deshumanizarse. También es cierto, que los creyentes al no vivir coherentemente en lo que creen, han llevado a la increencia y el ateísmo a muchas personas.
       La finalidad del área de educación religiosa en el plan de estudios de Educación Secundaria, es la educación en la fe en Jesucristo, camino, verdad y vida; para que los jóvenes den sentido a su vida y se relacionen positivamente consigo mismo, positivamente con los demás, positivamente con el medio ambiente y positivamente con Dios. Y cuando fallan estas relaciones, se produce los desequilibrios que ponen en riesgo la supervivencia y toda existencia. Los resultados los tenemos a la vista. Cuando uno se relaciona mal consigo mismo,  pierde su paz interior, vive estresado, ansioso, deprimido, se hunde en los peligros de las pasiones desenfrenadas y de los impulsos incontrolables. La inteligencia académica no ofrece prácticamente ninguna preparación para los trastornos y los peligros que acarrea la vida. Hay personas tan inteligentes, con un coeficiente intelectual elevado haciendo cosas irracionales, estúpidas. El hombre en su relación con los demás, tiene dimensiones positivas, pero las negativas son abrumadoras. Ya lo dijo Thomas Hobbes, filósofo inglés, siglo XVII (“homo hominis lupus” = el hombre es un lobo para el hombre). El hombre provoca, dirige, hace, tolera y permite la guerra. Mata, viola, roba, miente, menosprecia a su hermano, excluye, es vanidoso, tortura, secuestra, practica el exterminio aduciendo motivos de raza, religión, nacionalidad, etc. Por último, el hombre tampoco se relaciona positivamente con la naturaleza, la está llevando a la destrucción. Todos, pero no en la misma magnitud, destruimos nuestro hábitat, los pobres depredan y destruyen el medio ambiente en su afán de sobrevivencia, y los poderosos arrasan con la creación, debido a su espíritu sediento de codicia y acaparamiento. O cambiamos o desaparecemos, no queda otro camino. Todos sabemos del peligro en que se encuentra esta casa que nos alberga y que seguirá cobijando a nuestras futuras generaciones.
     La escuela, el colegio…, debe en síntesis, formar no sólo en el núcleo básico del desarrollo cognitivo, sino también el núcleo básico de la personalidad del estudiante, y es aquí donde entra a tallar el área de educación religiosa. Sin embargo, no es considerada un área principal como si sucede con las áreas en comunicación, matemática y otras. Con dos horas semanales por Grado es imposible el logro de las tres capacidades, propuestas por el Diseño Curricular. El Ministerio de Educación ha implementado con textos escolares para todas las áreas, menos para Educación Religiosa. Los alumnos ningunean a este curso, porque viven en familias y ambientes donde no se cultiva la fe, y además saben que los contenidos de esta materia no entran para exámenes de ingreso a la universidad. Los estudiantes carecen de biblias y si las tienen son de pésima traducción; algunos docentes dicen despectivamente para esta asignatura, “curso chico, curso de relleno”; los padres cuando sus hijos son desaprobados, extrañados dicen: ¿qué, en religión desaprueban…? Finalmente vivimos en un mundo secularizado donde la fe es relegada y a la ciencia y a la técnica se le ha dado un valor absoluto, pasando así a ser las nuevas divinidades. Se recuerda y sugiere a los padres de familia, que la educación religiosa comienza en casa y desde los primeros años de vida. En el colegio muy poco se puede hacer.

LÁZARO JARA PAREDES
Profesores de Educación Religiosa de Celendín.
 

miércoles, 13 de noviembre de 2013

HAY VIDA MÁS ACÁ DE LA MUERTE.


       La festividad de Todos los Santos, la conmemoración de los fieles difuntos, el evangelio del pasado domingo, desde el episodio de la mujer “matamaridos” y muchos textos litúrgicos de estos últimos días, nos llevan a pensar en lo que llamamos “vida eterna”, algo que nos cuesta mucho explicar y entender. Sabemos que no es un simple revivir, la identificamos con el Cielo, la colocamos más allá de la muerte y poco más solemos decir. Sin embargo es una afirmación de nuestro Credo, en el que expresamos nuestra fe en un Dios de vivos, no de muertos, que nos  llama permanentemente a la  vida. Nuestra fe en la vida eterna no nos lleva a desentendernos de la historia, sino, al contrario, a meternos de lleno en la vida presente, procurando ir anticipando la nueva que anhelamos, dándose así una continuidad,  no una ruptura.
       Cada día nos trae mucha vida, no necesariamente caracterizada por acontecimientos espectaculares, sino, más bien, por sucesos variados y experiencias sencillas, que le van dando sabor. En los últimos días he participado de un cóctel, como no puede ser de otra manera,  multicolor. El sábado tuvimos  la visita de nuestro obispo Carmelo. Suele ser ésta época de confirmaciones. 30 jóvenes han recibido este sacramento, algunos junto a su bautismo y primera comunión. Ojalá la alegría que manifestaban la noche del sábado vaya acompañada de su decisión de proseguir su proceso de seguimiento de Jesús. La presencia del obispo nos dio ocasión de poder compartir con él desde una mayor cercanía. A su paso por Celendín tomó la decisión de destituir al Comité de construcción del templo de la Inmaculada. Ojalá las obras se agilicen y cuanto antes se concluyan.
       El domingo, los medios de comunicación se hacían eco de noticias económicas positivas. El Perú, Colombia, Chile y México, por este orden, encabezan las expectativas de crecimiento económico. ¡Cómo no alegrarse! Pero la alegría será más plena cuando el crecimiento redunde especialmente en la vida de los más desfavorecidos, haciendo bajar a mayor ritmo las cifras de pobreza que aún se dan. Sin la búsqueda de equidad social y respeto al medio ambiente, el crecimiento tiene carencias éticas y potencia las desigualdades.
       El lunes tuvimos reunión con los jóvenes de la Casa Hogar de estudiantes. Recordar los objetivos, compartir su visión, aclarar principios y animar a poner empeño en el buen funcionamiento de la casa fueron los ingredientes de la reunión, que se desarrolló en un clima de cordialidad y escucha.
 
 
Retiro personal en Huasmín.
El martes, viendo que no había apenas actividades pastorales programadas, me lo he tomado como día de retiro. La casa parroquial de Huasmín me ha servido de lugar idóneo para estar en soledad y silencio, disfrutando de la oración, la reflexión, la tranquilidad, la lectura, la contemplación de la naturaleza, la mirada a mi vida personal y pastoral… Me sentía un privilegiado disfrutando de esa experiencia.
 
  Por el camino, a través de la radio del carro, iba escuchando que el grupo de trabajo de Derechos Humanos del Congreso había vuelto a nombrar como presidenta a Martha Chávez. No cabe mayor insensibilidad. Un nombramiento así demuestra el estilo de los parlamentarios que tenemos. Deprimente. Menos mal que horas después (supongo que por vergüenza ante la presión popular) dicho grupo ha sido desactivado.
       En medio de todo esto, estamos preparando la próxima reunión diocesana de sacerdotes y religiosas, de la que nuestro decanato es responsable. Vamos a tratar el tema del medio ambiente y el desarrollo. Haremos una fundamentación teológica y tendremos un panel con participación de empresarios, alcaldes, ambientalistas, líderes campesinos  y representación eclesial.
       Así es la vida. Sucesos, encuentros, sentimientos, tareas… Pequeñas gotas que van formando el río de nuestra existencia personal que desemboca en el amplio mar del acontecer comunitario. Miramos la vida desde la fe, para descubrir el paso de Dios que nos interpela, sembrar en ella valores evangélicos y saborear cada momento con intensidad para convertirlo en eterno.
                                                                Antonio Sáenz Blanco

miércoles, 6 de noviembre de 2013

LOS JÓVENES, LA CRISIS DE VALORES, LA IGLESIA.

Jóvenes en retiro.

En estos días, cercano ya el fin del curso, estamos celebrando la recepción, por parte de niños, adolescentes y jóvenes de los sacramentos de la Penitencia, Eucaristía y Confirmación y algunos incluso del Bautismo. Ellos están participando en el proceso catequético que la parroquia les ofrece. Para los mayores se programaron recientemente  retiros para preparar su Confirmación. He tenido la oportunidad y la suerte de acompañarles en los dos retiros, uno para los de  Celendín y otro para los de Sucre.
El espejo

Entre las actitudes necesarias para afrontar el día subrayamos el silencio, la sinceridad y el compartir. Ello hizo posible la creación de un buen ambiente, al que contribuyeron algunos símbolos, como el espejo, que nos ayudó a mirarnos a nosotros mismos y a la persona de Jesús.  La experiencia para mí ha sido muy positiva. Reconozco que me acerqué a los chicos con cierto temor, sin duda influido por eso que tanto se vocifera de la “crisis de valores”, algo que se achaca de modo especial a los jóvenes, a los que se acusa de infinidad de actitudes perniciosas. Mi experiencia fugaz es que me he encontrado con jóvenes alegres, en búsqueda, con capacidad de interiorizar, con deseos de ser escuchados y valorados, pidiendo confianza en ellos, no aceptando ciertas restricciones, amantes de libertad y autonomía y valorando con admiración el modo de vida que adoptó Jesús.

Llevo cincuenta y tantos años oyendo hablar de crisis de valores. El resto de años, hasta llegar a sesenta que tengo, seguramente lo oiría, pero no tenía capacidad memorística para retenerlo. ¿Realmente hay crisis de valores?  Primeramente habría que ponerse de acuerdo en a qué llamamos valor, pues hay cosas que son valores para unos, pero para otros no; por ejemplo, la famosa competitividad.  Habrá crisis de ciertos valores, pero no son los jóvenes los culpables, o al menos los únicos. Posiblemente ellos sean más víctimas que otra cosa.  Lo cierto es que si hay crisis de valores  en la sociedad es porque la hay en la mayoría de nosotros, pues la sociedad no es un ente ficticio, que está ahí, en el aire, sino que es la suma de los ciudadanos. Porque ocurre que, con frecuencia, cuando se habla de crisis de valores, se afirma su existencia, pero miramos hacia afuera, a los demás, como si nosotros estuviéramos cobijados en un arca de Noé pura y limpia. De cada uno depende, pues, revertir la situación.

La relación de la Iglesia con los jóvenes se concreta en eso que llamamos pastoral juvenil. Muchos intentos y parece que pocos logros. No es un tema fácil. Hay esquemas previos de los que nos cuesta mucho desprendernos. Da la impresión de que lo que prima es cómo acercar los jóvenes a la Iglesia y no tanto la Iglesia a los jóvenes. Incluso ese acercamiento tiene como objetivo fundamental lograr su presencia en el templo y la recepción de sacramentos. Por otra parte, solemos acercarnos a ellos como maestros, a enseñarles, no a aprender, a llevarles a Dios, no a buscarle con ellos y entre ellos. La Iglesia debe seguir buscando la tecla oportuna, pero lo que está claro es que ha de acompañar a los jóvenes, ofrecerles su cercanía, escucharles, respetar sus ritmos y no dejar de presentarles a Jesús como gran oferta de vida. Él sí les entusiasma.
                    Antonio Sáenz Blanco