domingo, 8 de diciembre de 2013

EL DESPERTADOR


Hay aparatos en nuestra casa que no son muy queridos, pero que los necesitamos. Incluso hay que decir que, aunque resulten molestos, mejoran nuestra existencia. Uno de ellos es el despertador. Qué fastidio cuando suena y rompe nuestro plácido sueño. Por eso, a veces, para callarlo no ponemos suavemente un dedo sobre él, sino que descargamos con ira la fuerza de nuestro puño. Pienso que esta es la reacción primaria, pero, en el fondo, agradecemos su canto matutino, pues despertar y pasar a la actividad es necesario.

Al mirar nuestra vida personal y comunitaria caemos en la cuenta de que estamos dormidos más de lo debido. Caemos en la rutina, nos dejamos llevar de la costumbre, somos presa de la pasividad, nos estancamos. Nos convertimos en aguas muertas, que, sabemos, huelen mal. De esa situación necesitamos salir. Precisamos un despertador, alguien o algo que nos zarandee, nos remueva, nos cuestione. De vez en cuando surgen personas que hacen esta tarea de despertar conciencias. Vamos a fijarnos en algunas.
Nelson Mandela. Vivió en sus carnes el apartheid, la discriminación racial que dio con sus huesos en la cárcel durante 27 años. ¿Su delito? Haber nacido negro. Cuando llegó a ser presidente de Sudáfrica por elección democrática, no actuó, en contra de lo que pensaba la mayoría, movido por el odio, el rencor, la venganza, sino que consiguió la integración de su nación desde el respeto y la valoración del diferente. Qué hermosa lección para el Perú, país, como lo definió José María Arguedas “de todas las razas, de todas las lenguas de todas las patrias”. Aprendamos a convivir desde la pluralidad.
Juan Bautista. En la Iglesia vivimos el tiempo de Adviento, preparando el encuentro con Dios, hecho
hombre en la persona de Jesús. Éste es anunciado por su primo Juan, el Bautista, hombre de vida austera, pero que no tenía pelos en la lengua. Él nos llama a despertar, a cambiar profundamente, dando entrada en nuestra vida a otros valores. Los evangelios resumen así su mensaje: “Conviértanse… preparen el camino al Señor” (Mt. 3,2-3). Convertirse es dar un giro a la vida, dejar de obrar mal y empezar a ser personas de bien. Ante su llamado cada cual debe plantearse personalmente: Y yo, ¿de qué me tengo que convertir? ¿A qué tengo que despertar?


Francisco, el Papa. A través de él, Dios nos está haciendo llegar un mensaje renovador. También la Iglesia tiene que tomar otra orientación. Jesús tiene que ser su centro, no debe vivir para sí encerrándose en las paredes de sus templos, sino salir especialmente a las periferias, a los lugares donde están los pobres para encontrarse allí con su Señor, ser misericordiosa, manteniendo una actitud de acompañar y curar heridas. El mensaje del Papa suena también como un despertador para nuestro mundo. Él condena este sistema económico globalizado que conduce a la tragedia. Es un sistema que mata. Hay que organizar un sistema económico justo, que no tenga como centro al dinero, sino a las personas.
      Otras veces el despertador puede sonar en forma de noticia. Hace unos días se publicaba que el Perú está en los últimos lugares en educación, en concreto en comprensión lectora y razonamiento matemático. Ciertamente la educación es una realidad compleja, donde intervienen el Ministerio de Educación, profesores, alumnos, padres de familia, la propia sociedad; además influyen elementos como el presupuesto, las instalaciones educativas, la alimentación… Pero esa complejidad no puede hacernos caer en la indiferencia o la pasividad. En un tema tan importante no hay otra solución que plantearse seriamente qué hacer para revertir esa situación.    
      Soñemos, dejémonos despertar, bajemos a la realidad y transformémosla para que en ella se plasmen nuestros más hermosos sueños.
                                           Antonio Sáenz Blanco
 


2 comentarios:

  1. Realmente muchos de nosotros hoy necesitamos ¡urgentemente! un buen despertador que nos saque de nuestra rutina o ¿acomodo? diario en la que hemos convertido nuestra vida y nos permita ser personas activas y alegres, como dice nuestro amigo el Papa Francisco. Ojalá aprendamos de estos grandes hombres que menciona usted en su artículo: a ser agentes de paz y reconciliación como Mandela; decididos y valientes como Juan y nos renovemos cada día como nos lo pide el Papa.

    ResponderEliminar
  2. Como hacer caso a mi despertador?, si a veces lo que más nos gana es la pereza y el " lo hago después" necesito cambiar mi vida y para ello necesito un bueno despertador que no se apague hasta que realice lo que tengo que hacer.

    ResponderEliminar